
El sistema alimentario nos ha convertido en sujetos pasivos: vamos al supermercado, compramos la comida y ya, sin embargo, al no ver lo que hay detrás seguimos haciendo rodar un modelo que nos perjudica. Hoy te hablamos de la ciudadanía alimentaria, la clave para que dejemos de ser un eslabón más de la cadena y para que pasemos a ser parte de la solución.
Sujetos pasivos
Hacer la compra es algo que forma parte de nuestro día a día: salimos a trabajar, llegamos a casa, hacemos la lista de la compra, vamos al súper, llenamos el carrito y vuelta al hogar. Sin embargo, en ese proceso rutinario y aparentemente sencillo, hemos tomado un montón de decisiones que tienen implicaciones económicas, sociales y medio ambientales.

El problema es que esas decisiones no son todo lo libres que pensamos, ya que las opciones que nos han puesto sobre la mesa vienen preestablecidas por los intereses de unas pocas corporaciones que son las que tienen el poder en la cadena alimentaria.
“En España más de la mitad de la distribución de alimentos está en manos de 5 cadenas de supermercados”
Las personas hemos pasado de ver cómo crecen los alimentos de la tierra a ser sujetos pasivos, consumidores. En la mayoría de los casos desconocemos lo que hay detrás de lo que comemos y eso es un problema porque muchos de esos procesos tienen un impacto negativo en nosotras (aunque no los veamos directamente). Por suerte, hay algo que puede cambiar esto: una ciudadanía alimentaria.
¿Qué es una ciudadanía alimentaria?
Una ciudadanía alimentaria es aquella que se interesa por conocer cómo funciona el sistema alimentario, es aquella que comprende su complejidad, que es consciente de los impactos que genera y que asume con responsabilidad el papel que tiene dentro de este. Por tanto, es una ciudadanía que se informa, que actúa en consecuencia y que participa de manera activa para cambiar el modelo alimentario.
¿Cómo construimos una ciudadanía alimentaria?
Contar con una ciudadanía consciente, que actúe y se movilice por una alimentación justa y sostenible lleva tiempo, sin embargo, esto es algo fundamental ya que si esta ciudadanía no existe será muy difícil que llegue el sistema alimentario que necesitamos. Todas podemos aportar nuestro granito de arena, empezando a nivel individual y siguiendo a nivel colectivo, para poco a poco ir tejiendo una red de ciudadanas alimentarias capaces de dar forma a una nueva realidad.

Paso 1: Infórmate
Ser una persona informada es el primer paso para dejar de ser un consumidor pasivo y convertirse en un ciudadano alimentario. Estas son algunas de las cosas que puedes hacer para comprender qué hay detrás de lo que comemos:
- Presta atención a las noticias de la actualidad relacionadas con la alimentación
- Hazte preguntas incómodas sobre lo que comes e investiga sobre el origen de los alimentos: ¿De dónde viene ese aguacate? ¿Quién lo cultivó y bajo qué condiciones? ¿Cómo se cultivó y qué impacto ha tenido en el medio ambiente y en la biodiversidad? Puedes hacerte decenas de preguntas.
- Aprende qué alimentos están de temporada y por qué es clave apostar por ellos.
- Descubre cómo leer las etiquetas nutricionales y las certificaciones de los alimentos
- Ve documentales sobre alimentación y lee libros que destapen los entresijos del sistema alimentario.
- Sigue a personas y organizaciones que están luchando por un cambio de modelo: como algunos sindicatos agrarios, cooperativas de consumidores u ONG como Enraíza Derechos.

Paso 2:Elige en consecuencia
Cuando ya tengas una visión general de cómo funciona el sistema alimentario, serás consciente de tu rol dentro de él. Esto quiere decir que de manera natural intentarás actuar en consecuencia y empezarás a tomar decisiones que impulsen a aquellos actores y acciones que están emprendiendo la transición:
- Comprando en el comercio de barrio en vez de en los supermercados
- Priorizando alimentos de temporada y de cercanía
- Eligiendo productos ecológicos que hayan sido cultivados sin agroquímicos
- Teniendo en cuenta el impacto ambiental de los alimentos
- Escogiendo productos que respeten los derechos de las personas trabajadoras
- Reduciendo el consumo de carne
- y otras muchas decisiones de consumo responsable

Paso 3: Actúa
Ya eres una persona informada y que tiene un consumo consciente, pero el verdadero cambio sucede cuando pasamos a la acción. Una ciudadanía alimentaria no es solo aquella que cambia lo que hay en su nevera, es aquella que teje redes con otras para cambiar las cosas. Es aquella que se convierte en protagonista del cambio. ¿Cómo puedes lograrlo?
- Uniéndote a supermercados cooperativos o a cooperativas de consumo para potenciar los circuitos cortos y mermar el poder de las grandes cadenas de distribución
- Cultivando tus propios alimentos en casa o, mejor aún, en un huerto comunitario
- Acercándote a los productores en encuentros con ellos o visitando ecomercados o fincas
- Apoyando e implicándote en campañas relacionadas con la alimentación
- Sumándote a protestas y exige a los partidos políticos y a las grandes cadenas que tomen medidas contundentes para defender el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria
Como ves, ya hay muchísimas acciones que podemos tomar para acelerar la transición del sistema alimentario y si estás leyendo este post seguramente signifique que ya has empezado a ser parte de la ciudadanía alimentaria. ¿Sabes ya cuál va a ser tu próximo paso? 😁
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