La agricultura juega un papel crucial en la economía de Mozambique. Sin embargo, la preservación efectiva de estos productos agrícolas en las zonas rurales presenta una serie de desafíos que impactan directamente en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad económica de estas comunidades.
Los agricultores ven la conservación hortícola como una alternativa a la dificultad de acceso al mercado para vender estos productos alimenticios, así como a la falta de infraestructura para el almacenamiento, lo que podría resultar en pérdidas económicas significativas. Estas son algunas de las dificultades que padecen las agricultoras y agricultores en Mozambique:
- Infraestructura limitada: Muchas zonas rurales carecen de electricidad y refrigeración, que son esenciales para mantener la calidad y frescura de las horatlizas. La ausencia de caminos pavimentados dificulta el transporte rápido y eficiente, aumentando las posibilidades de deterioro durante el viaje.
- Falta de conocimientos técnicos: la falta de capacitación técnica en prácticas de conservación apropiadas es un desafío adicional. Muchos agricultores de zonas rurales desconocen los métodos óptimos de conservación, lo que provoca importantes pérdidas de producción debido a una mala gestión post cosecha.
- Cambio climático: El cambio climático tiene un impacto directo en la producción y conservación de hortalizas y verduras. Las variaciones climáticas impredecibles, como sequías prolongadas o lluvias intensas, comprometen la calidad.
- Falta de acceso a los mercados: la limitada infraestructura de transporte y las importantes distancias a los centros urbanos obstaculizan el acceso de estas comunidades rurales a los mercados de consumo. La incapacidad de comercializar rápidamente la cosecha contribuye al desperdicio y a la pérdida de valor comercial.
Técnicas tradicionales de conservación
Ante los diversos desafíos relacionados con la disponibilidad de alimentos, los pequeños agricultores optan por utilizar técnicas tradicionales para conservar los alimentos y no desperdiciarlos. En el caso de cultivos verdes como repollo, hojas de calabaza, matapa, hojas de frijol, entre otros, los agricultores utilizan diferentes técnicas:
Una de las más importantes es la precocción de verduras. En esta técnica, los pequeños agricultores, después de recolectar las hortalizas, hacen la selección. Posteriormente, las verduras pasan por un lavado, corte y luego precocción sin agua, es decir, la precocción se realiza con su propia humedad. Este proceso debe durar hasta que las verduras pierdan humedad. ¡Pero el proceso no termina ahí! Una vez finalizada la precocción, las verduras se secan al sol. Podemos verlo en este vídeo:
La sal es otra de las técnicas utilizadas. Algunos agricultores prefieren no precocer las verduras, sino untarlas con sal después de lavarlas y secarlas al sol. La sal sobre las verduras sirve como conservante. El principal objetivo del secado sin precocción es conseguir que las verduras permanezcan crudas y puedan utilizarse para otros fines.
Gracias a estas técnicas, los agricultores han podido preservar la producción, evitando su deterioro. Y no sólo eso, también pueden garantizar una fuente de ingresos hasta la próxima campaña agrícola.