¿En qué se parece una mascarilla a un cerdo, o a un kilo de cereales?

Estos días ha saltado el escándolo de los “brokers de commodities” y las comisiones por la venta de mascarillas en lo peor de la pandemia. Tenemos claro que no se debe especular en momentos de crisis internacional con un bien de primera necesidad. Pero, ¿sabes que esto lleva ocurriendo años con los alimentos básicos?

Son conocidos dentro del sector financiero como “commodities” y son materias primas que se venden y se compran en el llamado Mercado de Futuros, lo que conlleva la especulación con alimentos esenciales como maíz, trigo, soja, ganado bovino y porcino, y también con productos como el gas o el petróleo...

Para las poblaciones más empobrecidas que destinan hasta el 70-80% de su salario a la compra de alimentos, la subida del maíz o del arroz, que son la base de su alimentación, provoca inseguridad alimentaria o incluso hambre.

Hace años publicamos el libro “Especulación financiera y crisis alimentaria” con algunos datos de escándalo: en aquel momento el 60% de las cosechas de trigo y otros cereales estaban bajo el control de los fondos de inversión especuladores que tuvieron un papel relevante en la crisis alimentaria de 2008. Hoy en día, desde marzo de 2020, con el impacto de la pandemia y de la guerra de Ucrania, los precios de los alimentos han subido casi un 70%, según los datos del índice calculado por la FAO.

Nuestro sistema alimentario es global y está interconectado. Las personas y comunidades más vulnerables, más pobres y más excluidas son las más afectadas.

¡Con las mascarillas no se juega, con los alimentos básicos tampoco!

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