Alimentación sostenible: qué es y consejos a tener en cuenta

En el sistema alimentario actual, la producción de alimentos genera un gran impacto negativo en el medio ambiente. Llevar una alimentación sostenible es una manera de reducir esta huella y de proteger el derecho a la alimentación de las generaciones futuras. Descubre cómo conseguirlo con los consejos que te damos.

¿Qué impacto ambiental hay detrás de lo que comemos?

Cuando vamos al supermercado y hacemos la compra, vemos en el estante el alimento final y su precio, sin embargo, detrás de este hay un coste oculto mucho mayor. Desde que un producto se produce hasta que llega nuestra mesa, pasa por una serie de procesos que van generando un impacto ambiental negativo. Hagamos un repaso por las distintas fases de la cadena.

Fase de producción

La fase de producción es la que conlleva una mayor de variedad de impactos ambientales negativos directos. Algunos de ellos son:

  • Emisiones de efecto invernadero. La producción de alimentos depende altamente del uso de diésel por el uso de maquinaria. El metano producido por algunos animales en su digestión también supone una gran fuente de emisiones de efecto invernadero.
  • Deforestación ocasionada, principalmente, para crear cultivos destinados a la alimentación del ganado.
  • Pérdida de biodiversidad debido a la destrucción de ecosistemas para destinarlos a la agricultura/ganadería intensiva, además de por la utilización de químicos.
  •  Degradación de suelos fértiles causado por malas prácticas (el paso de maquinaria pesada, la labranza o el uso de agroquímicos). Este problema hace que el suelo quede estéril, que no retenga agua y acelera el proceso de desertificación.
  • Contaminación del agua por culpa de los residuos generados por la ganadería intensiva y la utilización de químicos tóxicos.
  • Agotamiento de los acuíferos consecuencia de la sobreexplotación de los recursos hídricos.

Transformación

Muchos alimentos pasan por un proceso de transformación antes de ser vendidos. Estos procesos necesitan energía y, por tanto, producen emisiones. Además, se utiliza una gran cantidad de envases que tardan décadas, o incluso siglos, en descomponerse en el medio ambiente.

Conservación

Los alimentos necesitan ser conservados para retrasar su proceso de degradación natural. Antes de llegar al punto de venta, estos pasan por almacenes, refrigeradores u otros tratamientos que también conllevan un impacto ambiental negativo.

Transporte

Se estima que el transporte de alimentos representa el 40% de la energía consumida a lo largo de toda la cadena. Al utilizar en su inmensa mayoría combustibles fósiles, el transporte representa uno de los principales problemas de sostenibilidad del sistema alimentario.

Desperdicio alimentario

Uno de cada tres alimentos que se producen acaba en la basura. Y sabiendo el impacto que han generado para ser producidos, que un tercio acabe siendo desperdiciado supone un despilfarro irracional.

Ensalada sobre un mantel de cuadros

¿Qué es una alimentación sostenible?

Una alimentación sostenible es aquella que se preocupa de tener un impacto ambiental reducido. En este tipo de alimentación los alimentos se eligen teniendo en cuenta cómo han sido utilizados los recursos y qué contaminación han generado desde que estos son producidos hasta que llegan a los establecimientos o nuestros platos.

Una persona que lleva esta alimentación tiene en cuenta el impacto ambiental de los alimentos tanto a nivel local como a nivel global y busca llevar un consumo responsable. Suele preferir alimentos frescos y de temporada y, a ser posible, de producción ecológica y local.

Según la FAO, una alimentación sostenible contribuye a proteger la seguridad alimentaria de las generaciones actuales y futuras.

Consejos para llevar una alimentación sostenible

Si quieres reducir el impacto ambiental de lo que comes, tendrás que tener en cuenta varios factores. Aquí tienes algunos consejos para llevar una alimentación más respetuosa con el medio ambiente:

  1. Ten una dieta variada y equilibrada: incluye en tu día a día, principalmente, alimentos de origen vegetal (verduras, frutas, legumbres, frutos secos y cereales). Si vas a tomar alimentos de origen animal asegúrate de que están producidos de manera sostenible y que lo haces en las cantidades recomendadas.
  2. Apuesta por productos ecológicos y de cercanía: intenta comprar productos que han sido producidos de manera sostenible y libre de químicos. Si además se trata de productos de cercanía, estarás reduciendo emisiones procedentes del transporte a la vez que ayudas a la economía local.
  3. Consume alimentos frescos de temporada: prioriza los productos frescos que se cosechan en la época del año en la que te encuentras. Así evitarás consumir alimentos que han tenido que desplazarse, y conservarse, durante miles de kilómetros.
  4. Reduce tu desperdicio alimentario: alrededor del 30% de los alimentos que se producen acaban en la basura. Planifica tus comidas para evitar comprar de más y conserva y consume las sobras. Tienes más consejos para reducir el desperdicio alimentario en yonodesperdicio.org.
  5. No te olvides de los envases: evita en la medida de lo posible los productos envasados y, si lo están, ten en cuenta los materiales de los que se componen y su facilidad para reciclarlos. Compra a granel siempre que puedas.

¿Qué hacemos nosotras?

En Enraíza Derechos trabajamos para que todas las personas tengan una alimentación suficiente, saludable, justa y sostenible. Queremos transformar el sistema alimentario provocando un cambio en el modelo de producción y de consumo.

Tenemos varios proyectos de cooperación en varios países de África y Sudamérica, donde acompañamos a organizaciones campesinas y apostamos por la producción agroecológica y la regeneración de los recursos naturales.

En España trabajamos sobre todo para evitar el desperdicio alimentario, con proyectos como Yonodesperdicio o siendo impulsores del colectivo #LeySinDesperdicio (promotores de la primera ley del país sobre esta temática).

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