¡Tercera crisis mundial alimentaria en los últimos 15 años!
En 2021 el hambre alcanzó a más de 800 millones de personas.
¡Si no hacemos nada, 2023 será mucho más dramático!
Las crisis alimentarias provocan hambre y miseria
Las personas más vulnerables y, sobre todo, las que viven en los países más empobrecidos, son las que más sufren la subida de precios. Entre 2019 y 2021, debido a la pandemia, el número de personas hambrientas se incrementó en 150 millones, superando los 800 millones. Con la guerra en Ucrania y los fuertes efectos del cambio climático, 2023 será aún más dramático. Si no hacemos nada para remediarlo, volveremos a vivir de manera recurrente nuevas crisis alimentarias, que dejan indefensas a millones de personas.
¡Mucho más que una crisis!
Las guerras, el cambio climático, la pobreza y la inseguridad alimentaria generan un círculo vicioso que mantiene en la miseria a más del 50% de la población rural mundial, que viven con menos de 2 dólares al día y que se ven obligados a gastar más del 60% en alimentos básicos.
Demasiadas crisis en tan poco tiempo, no es casualidad. Hay múltiples causas y una sola que las engloba: el sistema alimentario mundial no funciona.
¿Por qué?
1) Porque los sistemas alimentarios nacionales, sobre todo de los países empobrecidos, tienen una alta dependencia de la importación de alimentos básicos e insumos para la producción, como los fertilizantes.
2) Porque los mercados de cereales y alimentos básicos son poco transparentes y juegan a la especulación, provocando pobreza y hambre en la población más vulnerable.
3) Porque las consecuencias del cambio climático afectan más a los países empobrecidos y en riesgo de crisis alimentaria, siendo los que menos contribuyen a generarlo. A su vez, el sistema alimentario global es responsabe de hasta el 34% de los gases que provocan el cambio climático.
4) Porque los conflictos son una de las principales causas del hambre, afectando a las poblaciones que viven. Pero la invasión de Ucrania ha impactado en el mercado global de cereales, disparando su precio de manera exponencial.
¡Estas son algunas historias reales!
“Antes la agricultura nos daba grandes rendimientos y cultivábamos una gran diversidad de productos, ahora lo hemos perdido todo”
Khady Gaye,
SENEGAL
Apoyamos el emprendimiento de mujeres en Senegal:
Mejoramos sus sistemas de producción agroecológica y les capacitamos para que aprendan a transformar y comercializar los alimentos que producen.
“La situación es insoportable. Los precios de los alimentos han subido mucho y no hay empleo porque se han cerrado varias empresas”
Lina Alexandre Nhacutove
MOZAMBIQUE
Combatimos la desnutrición infantil en Mozambique:
Desarrollamos planes de agricultura sostenible con sus familias y les damos formación y seguimiento nutricional.
“Nuestra producción es barata y no nos deja muchos ingresos. No podemos vender nuestros productos a un precio justo y de calidad.”
Alicia Álvarez Soria
BOLIVIA
Mejoramos la producción local y la alimentación escolar en Bolivia:
Les ofrecemos menús nutritivos basados en alimentos locales y ecológicos a la vez que contribuimos al desarrollo económico del territorio.
Todas las personas, instituciones y empresas podemos hacer algo para ayudar a construir sistemas alimentarios más sostenibles y reducir el hambre. Estas son algunas propuestas:
GOBIERNOS
EMPRESAS
SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA
CIUDADANÍA
GOBIERNOS
VOLUNTAD Y RECURSOS:
Impulsar una gobernanza global fortalecida que movilice recursos y voluntades políticas para el cambio y la regulación de mercados globales, para acabar con la especulación con alimentos básicos.
Replantear de forma decidida los sistemas alimentarios para hacerlos más sostenibles social, ambiental y económicamente: bajos en emisiones, que prioricen prácticas agroecológicas, explotaciones de pequeña escala sostenibles, cadenas de suministros con circuitos cortos, etc.
Promover una producción diversificada sostenible que recupere alimentos tradicionales que han sido sustituidos por otros de importación; y diversificar los proveedores de insumos agrícolas para reducir su dependencia, manteniendo los precios estables.
DEMOCRACIA:
Promover la participación de todos los sectores y actores, incluida la sociedad civil, incorporándolos a los procesos de análisis y toma de decisiones respecto a políticas alimentarias.
Mejorar el acceso de los grupos discriminados (población productora de pequeña escala vulnerable), especialmente mujeres y jóvenes, a la tierra, la capacitación, el crédito y la tecnología.
Luchar enérgicamente contra el desperdicio alimentario, ya que tiene un impacto ambiental inasumible, supone grandes pérdidas económicas y afecta a los tres pilares de la seguridad alimentaria. Los gobiernos deben realizar una rigurosa medición de las pérdidas alimentarias en todos los eslabones de la cadena; tomar medidas eficaces para su reducción y promover la adopción de prácticas de producción, distribución y consumo sostenibles.
EMPRESAS
DESCARBONIZACIÓN Y USO SOSTENIBLE DE LOS RECURSOS NATURALES: el compromiso de las empresas del sector alimentario con la sostenibilidad es fundamental para rebajar las emisiones y contribuir al derecho a la alimentación de todas las personas. Deben adecuar su operativa a modelos de producción y distribución de alimentos respetuosos con el medioambiente y hacer un uso sostenible de los recursos naturales.
RESPONSABILIDAD EN TODA LA CADENA DE PROVEEDORES: las empresas deben asegurar el cumplimiento de los derechos humanos y criterios de sostenibilidad en toda la cadena de proveedores.
ANÁLISIS DE IMPACTO Y PLANES DE MEJORA: las empresas del sector alimentario deberían medir y reportar periódicamente su impacto social y ambiental, identificando elementos de mejora a incorporar en sus planes de sostenibilidad.
COMPROMISO CON EL DESPERDICIO ALIMENTARIO: todos los eslabones de la cadena alimentaria deben implicarse en la reducción del desperdicio alimentario, midiendo periódicamente las pérdidas, haciendo análisis cualitativo e incorporando las medidas correctoras necesarias para reducir las pérdidas.
INCLUSIVIDAD: los grupos productores en mayor situación de vulnerabilidad, como población campesina, indígena, mujeres y jóvenes, deben ser considerados agentes clave en la transformación de los sistemas alimentarios, reconociendo su papel en los mismos.
SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA
PARTICIPACIÓN Y PRESIÓN: debe implicarse activamente en los procesos de toma de decisiones, aportando análisis y propuestas a sus gobernantes y organismos multilaterales, haciendo vigilancia a la puesta en marcha de compromisos adquiridos nacional e internacionalmente, para empujar su cumplimiento
REDES: es necesario fortalecer y empoderar a las organizaciones de productores en mayor situación de vulnerabilidad, como la población campesina e indígena y muy especialmente sus mujeres y jóvenes, puesto que son clave para la transición de los sistemas alimentarios hacia la sostenibilidad.
ALIANZAS: el trabajo articulado entre organizaciones campesinas e indígenas y otras redes de grupos productores discriminados, junto con ONG y entidades de la sociedad civil especializadas en alimentación sostenible y la promoción del derecho humano a la alimentación, generan alianzas que refuerzan la colaboración entre actores abriendo la oportunidad a encontrar soluciones adecuadas para todas las partes.
CIUDADANÍA
TOMA DE CONCIENCIA:
El primer paso es conocer cómo funciona nuestro sistema alimentario, su impacto ambiental y por qué es incapaz de proporcionar a toda la población la alimentación que necesita cuando en el mundo se producen más alimentos de los necesarios.
PASAR A LA ACCIÓN:
Revisar nuestro modelo de alimentación e intentar adoptar hábitos más responsables, consumiendo productos de cercanía, preferiblemente de producción agroecológica y con baja huella de carbono, reduciendo el consumo de carne y evolucionando hacia dietas más ricas en cereales, legumbres, frutas y verduras.
Revisar nuestro desperdicio de alimentos y trabajar por reducirlo.
Evitar productos de ahorro financiero que impliquen inversiones especulativas con alimentos o bienes de primera necesidad.
Exigir a los gobernantes que dediquen más inversión en las políticas de lucha contra el hambre y que promuevan sistemas alimentarios sostenibles, a través de campañas que desarrollen colectivos u organizaciones especializadas, o revisando los programas electorales y ejerciendo tu voto en consecuencia.
Puedes difundir desde tus cuentas en redes sociales información sobre las fallas de los sistemas alimentarios, su impacto ambiental y su incapacidad para garantizar el derecho a la alimentación de todas las personas.
STOPCrisisAlimentaria
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¡Estamos ante la tercera crisis mundial de los precios de los alimentos en los últimos 15 años! En 2021 el hambre alcanzó a más de 800 millones de personas. ¡Si no hacemos nada, 2022 será mucho más dramático! #STOPCrisisAlimentaria https://enraizaderechos.org/stop-crisis-alimentaria/
Tu colaboración hace posible que sigamos apoyando el derecho a la alimentación y los medios de vida necesarios para lograrlo, de las poblaciones de Bolivia, Perú, Mozambique y Senegal con las que trabajamos.
En Enraíza Derechos...
Trabajamos con las organizaciones campesinas de Mozambique, Bolivia, Perú y Senegal para demandar a sus gobiernos mayor inversión en sistemas alimentarios sostenibles y promoviendo una alimentación suficiente, saludable, sostenible y justa para toda su población.
Combatimos la crisis alimentaria apoyando programas de alimentación complementaria escolar en Bolivia y de lucha contra la desnutrición crónica infantil en Mozambique.
Apoyamos emprendimientos productivos de mujeres campesinas de Mozambique y Senegal para la generación de ingresos y la transformación de productos para ser consumidos en tiempos de escasez.
Contribuimos a una cooperación al desarrollo que priorice la transición de los sistemas alimentarios hacia la sostenibilidad y la lucha contra el hambre.
Trabajamos en España para reducir el desperdicio alimentario, a través de la incidencia en tomadores de decisión, la investigación, la sensibilización para la toma de conciencia, la promoción de nuevos patrones de consumo y la movilización ciudadana.
Promovemos políticas corporativas del sector alimentario más responsables ambiental y socialmente.