Los líderes del mundo se reunieron en Naciones Unidas a comienzos de este siglo y, a través de la Declaración del Milenio, establecieron un acuerdo internacional, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), por el que se comprometieron a eliminar la pobreza extrema en 2015 y a defender los principios de dignidad humana, igualdad y equidad. En estos años se han producido grandes logros, como por ejemplo que la pobreza en el mundo se ha reducido a la mitad cinco años antes de 2015.
Si nos centramos en los logros alcanzados en los objetivos de desarrollo directamente relacionados con la salud, descubrimos que se cumple la tendencia general: se ha logrado mucho, pero cuando hablamos de vidas no podemos conformarnos con resultados a medio camino, sobre todo cuando una buena parte de las muertes se producen por enfermedades prevenibles.
Como señala Ban Ki-Moon en el prólogo del informe “Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe de 2014”, publicado el pasado mes de junio:
"Todavía queda mucho por hacer para acelerar esos avances. Se necesitan acciones más audaces y específicas donde todavía existen brechas".