El Día Internacional de Cero Desechos, que se ha celebrado por primera vez este pasado 30 de marzo, tiene como objetivo promover modalidades de consumo y producción sostenibles; fomentar la transición en la sociedad hacia una economía circular; y concienciar sobre la importancia que tienen las iniciativas cero desechos para cumplir con la Agenda 2030.
Se estima que los seres humanos generamos anualmente 2.240 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, de los cuales se gestiona únicamente el 55% en instalaciones controladas. Cada año, se pierden o desperdician alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos, así como hasta 14 millones de toneladas de desechos plásticos invaden los ecosistemas acuáticos.
Los desechos contribuyen de manera considerable a la triple crisis planetaria: cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad y naturaleza.
¿Sabías que...?
- Cada minuto, se vierte en nuestros océanos el equivalente a un camión de basura plástica.
- La cantidad de residuos sólidos urbanos generados a nivel mundial podría pasar de 2.240 millones de toneladas a 3.880 millones de toneladas en 2050.
- El desperdicio de alimentos una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero. Si fuese un país ocuparía el tercer lugar, generando entre el 8-10% de las emisiones totales.
- Más del 75% de todos los desechos de equipo eléctricos y electrónicos no se gestionan de forma segura.
- Las actividades de extracción de recursos naturales son responsables del 50% de las emisiones mundiales de carbono.
Estrategia de cero desechos
Las iniciativas de cero desechos fomentan la gestión ambientalmente racional, la prevención y la reducción al mínimo de los desechos, para proteger el medio ambiente, mejorar la seguridad alimentaria y mejorar la salud y el bienestar de todas las personas.
La puesta en marcha de una estrategia de cero desechos requiere un sistema circular y cerrado de producción, consumo y eliminación responsable de los productos. ¿Y qué quiere decir esto? Pues que los recursos se deben reutilizar o recuperar tanto como sea posible y que se debe reducir al mínimo posible la contaminación del aire, de la tierra y del agua. Para ello se necesitan medidas en todos los ámbitos:
- Producción: Los productos deben diseñarse para ser duraderos, utilizando materiales de bajo impacto ambiental. Así, los fabricantes podrán limitar aún más la contaminación y los desechos. La publicidad y la gestión estricta de la demanda permiten lograr los cero desechos a lo largo del ciclo de vida de los productos.
- Consumo: los consumidores también pueden desempeñar un papel fundamental para lograr el objetivo de cero desechos si cambian sus hábitos, reutilizan y reparan los productos tanto como sea posible. Y cuando los desechen deberán hacerlo de manera adecuada para proteger el medioambiente.
- Políticas públicas: los gobiernos, comunidades, sectores económicos y demás partes interesadas deberán apostar por iniciativas de cero desechos. Para ello es necesario la formulación de políticas y la creación de ayudas financieras. La Estrategia Mundial sobre el Consumo y la Producción Sostenibles, creada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los Estados miembros y las partes interesadas, puede guiar esta transición.
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