El Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) es un acuerdo de libre comercio que se está negociando entre la UE y EEUU, desde junio de 2013. El objetivo del acuerdo es aumentar el crecimiento y el empleo en ambos lados del Atlántico eliminando las barreras comerciales, lo que potenciaría y facilitaría la compraventa de bienes y servicios, así como la inversión en cada uno de los países. Pero para ello, habrá que eliminar “las regulaciones innecesarias” y las “barreras burocráticas”.
Europa se moviliza el 18 de abril en contra del TTIP para denunciar que las negociaciones del acuerdo se están llevando a cabo en la más absoluta opacidad. Se están haciendo a puerta cerrada, sin una consulta pública efectiva, mientras los parlamentos nacionales no son informados de los detalles de los textos de negociación. Existe un alto riesgo de que estas negociaciones estén muy sesgadas, ya que algunos grupos de presión empresariales tienen acceso privilegiado a la información y oportunidades para influir en las negociaciones.
El TTIP incorpora un capítulo sobre protección de inversiones, que incluye una disposición sobre el mecanismo de Solución de Diferencias entre el Estado y el Inversor (ISDS), que brindará a los inversores derechos exclusivos para demandar a los Estados cuando consideren que alguna decisión democrática pueda tener impactos negativos en sus ganancias presentes o futuras. La soberanía democrática de la sociedad está en grave riesgo.
Propone también el acuerdo la creación del Consejo de Cooperación Regulatoria, que no contaría con la legitimidad democrática de haber sido elegidas por la ciudadanía, y por tanto no tienen obligación de garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos.
El TTIP conlleva un gran riesgo de desregulación en materia sanitaria y medioambiental y de desregulación financiera, puesto que se pretende liberalizar aún más el mercado trasatlántico y facilitar la inversión directa y la eliminación de obstáculos burocráticos innecesarios para el acceso al mercado de las empresas. Otro ejemplo de lo que puede depararnos este acuerdo, en el ámbito de la agricultura, la alimentación y la regulación fitosanitaria, es la eliminación del principio de precaución, que amenaza seriamente al pequeño agricultor y beneficia a los grandes agronegocios, las empresas químicas y biotecnológicas.
La Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España se suma a la convocatoria de movilizaciones europeas contra el TTIP, mañana 18 de abril. En Madrid la manifestación partirá de Neptuno a Sol, a las 18h., pero no será la única convocatoria en el Estado.
Ilustración tomada de la web de Greenpeace.org