Necesitamos sistemas alimentarios inclusivos

El informe anual del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés), pone su foco en la necesidad de construir sistemas alimentarios en los que todas las personas estén involucradas. Ahora mismo nuestros sistemas alimentarios están pasando por un momento crítico; están evolucionando para satisfacer la demanda creciente, pero no para satisfacer las necesidades de todas las personas. A medida que el mundo lucha contra la propagación de la pandemia de COVID-19 y la interrupción social y económica que está generando, la preocupación por el impacto que tendrá en los sistemas alimentarios está creciendo. Es demasiado pronto para saber el alcance de los efectos que tendrá la pandemia sobre la inseguridad alimentaria o la pobreza, pero es seguro que los/as más afectados/as serán las personas más pobres y vulnerables. Para abordar el choque de esta pandemia, desde la cadena de suministro y las interrupciones comerciales hasta el desempleo severo y el aumento de los niveles de pobreza, es urgente implementar una protección social para los más vulnerables a corto plazo. Es fundamental que las políticas impulsen un crecimiento de las economías rurales. Invertir en las personas es fundamental para que los sistemas alimentarios funcionen para todas las personas. Ofrecer educación, capacitación, crédito, derechos de tenencia de la tierra y acceso a nuevas tecnologías a las personas excluidas y vulnerables, mejora sus vidas y fortalece los sistemas alimentarios y las economías en crecimiento.

¿Cómo garantizar el suministro de alimentos en la crisis del COVID-19?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha publicado el artículo “COVID-19 y el riesgo para las cadenas de suministro de alimentos: cómo responder” escrito por Máximo Torero, economista jefe y Subdirector General Departamento de desarrollo económico y social de la FAO. Los países han cerrado sus economías para frenar la propagación del COVID-19 pero, si esta crisis se alarga, las cadenas de suministro se podrían ver afectadas. Para evitar la escasez de alimentos los países deben mantener estas cadenas. Estas son algunas de las medidas que señalan: La primera es ampliar y mejorar la asistencia alimentaria de emergencia y los programas de protección social: mantener las comidas escolares, única fuente de nutrición para los niños/as en hogares vulnerables; reactivar los bancos de alimentos y los grupos comunitarios, con apoyo de gobiernos y organizaciones; transferencias de efectivo a las familias más afectadas para frenar el impacto de la crisis, así como medidas que faciliten el pago de los impuestos y las hipotecas; ampliación de programas de protección social, incluyendo a las personas con edades avanzadas. La segunda medida es apoyar a los pequeños agricultores para mejorar su productividad y comercializar los alimentos que producen, también a través de canales de comercio electrónico. Restringir el movimiento detiene el acceso de los agricultores a los mercados, lo que puede traducirse en escasez de alimentos y aumentos de precios. Los países deben establecer medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores agrícolas. En este sentido, en nuestro país, una representación de las más de 600 organizaciones y colectivos que demandan soluciones para poder reabrir los mercados no sedentarios de proximidad y otras medidas de apoyo a la pequeña agricultura y ganadería ante la crisis que están viviendo a causa de las restricciones impuestas por el estado de alarma, se ha reunido hoy con el Ministerio de Consumo, en el marco de la campaña #SOSCampesinado. La tercera medida es mantener la cadena de valor de los alimentos prestando atención a posibles cuellos de botella en la logística. Se puede dividir en dos grupos: los productos básicos (trigo, maíz, maíz, soja y semillas oleaginosas) y los productos de alto valor (frutas, verduras y pesquería). Hay suficientes existencias de productos básicos y las perspectivas para la cosecha en 2020 aseguran la disponibilidad de alimentos. Sin embargo, están surgiendo interrupciones logísticas en las cadenas de suministro. Los productos de alto deben ser un sector prioritario para los países; requieren de una gran cantidad de mano de obra para producir pero muchas veces los empleados se enferman porque no siempre se puede cumplir con el distanciamiento social, por lo que se debe garantizar que los trabajadores migrantes puedan acceder a granjas y plantas. La cuarta medida es abordar las políticas comerciales y fiscales para mantener abierto el comercio mundial. Los países que dependen de alimentos importados son vulnerables y sus monedas caen frente al dólar, lo que reduce su poder adquisitivo. Se prevé que el precio de los alimentos aumente en la mayoría de los países. Si mantenemos las cadenas de suministro en movimiento y buscamos la cooperación internacional para mantener el comercio, los países pueden prevenir la escasez de alimentos y proteger a las poblaciones más vulnerables.

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Imagen: Andreas-Gollner_Pixabay
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