Mozambique vive días complicados. Desde Enraíza Derechos estamos acompañando con mucha preocupación la situación en terreno, intentado continuar el trabajo con nuestras socias locales.
Desde las elecciones presidenciales del día 9 de octubre existe un clima de inestabilidad social derivado de los resultados electorales, que fueron rechazados por todos los partidos de la oposición, alegando fraude. Al día siguiente fueron asesinados a tiros en Maputo Elvino Dias, abogado del candidato presidencial independiente Venâncio Mondlane, y Paulo Guambe, dirigente del opositor Partido Popular Optimista para el Desarrollo de Mozambique.
El partido en el poder, FRELIMO, que ha ganado ininterrumpidamente todos los comicios desde la celebración de las primeras elecciones democráticas en el país en 1994, anunció la victoria por mayoría (en torno a un 70% de los votos). Desde entonces se han repetido las manifestaciones y actos de rechazo.
Todos los partidos de la oposición, alegando tener pruebas fehacientes de los resultados, han iniciado diversos procesos judiciales cuyas sentencias dependen del Consejo Constitucional, órgano que todavía no se ha pronunciado en este sentido.
El clima de tensión y descontento crece cada día en las calles a lo largo y ancho de las principales ciudades del país y también en las zonas rurales. Muchas escuelas y comercios han cerrado parcial o totalmente, está habiendo muchos cortes de internet y fallos en las comunicaciones.
Clima de crispación social y miedo
El principal partido de la oposición ha conseguido paralizar Mozambique como forma de rechazo y protesta frente a lo que consideran fraude electoral de grandes dimensiones. A lo largo de esta semana ha habido manifestaciones pacíficas, que en la mayoría de los casos han acabado dispersadas con gas lacrimógeno por los diferentes cuerpos policiales y militares, que culminarán el 7 de noviembre con una marcha desde las diferentes provincias y una gran manifestación en Maputo.
Las consecuencias sociales derivadas de esta situación son difíciles de estimar en estos momentos, aunque se respira un clima tenso, de crispación social y miedo. En Mozambique una gran parte de la población vive de la venta informal en las calles, actividad que se encuentra prácticamente paralizada. Lo mismo ocurre en zonas menos urbanas, e incluso en el ámbito rural.
Desde Enraíza Derechos estamos acompañando con mucha preocupación la situación en terreno, intentado continuar el trabajo con nuestras socias locales en la medida de lo posible y sobreponiéndonos a las dificultades derivadas de este difícil momento que atraviesa el país. Esperamos que esta situación se resuelva de forma pacífica y democrática lo antes posible.