Moringa-El árbol de la vida: un superalimento para la seguridad alimentaria y nutricional

La moringa es un árbol milenario proveniente de la India, considerado en los últimos tiempos como un superalimento por sus propiedades nutritivas y anti-oxidantes, además de su aporte vitamínico. Se aprovechan todos sus derivados tanto para usos medicinales, como refuerzo nutricional por sus propiedades nutritivas y antioxidantes, y para la industria cosmética dado el rico aceite que se extrae de sus semillas. 

Es un árbol con una increíble capacidad de adaptación, que se extiende rápidamente por el continente africano. Un árbol resiliente para un pueblo resiliente. Un binomio perfecto. 

Los beneficios de la moringa ya eran ampliamente conocidos en la medicina tradicional, mucho antes de ser considerada un superalimento. Sus hojas, raíces y semillas eran utilizadas para calmar el dolor, como antiinflamatorio, para purificar el agua y para combatir el hambre en época de escasez y hambruna. 

Un recurso natural y beneficioso que lleva años al servicio de las comunidades rurales. Tanto la OMS como la FAO han reconocido su alto valor nutricional y su aplicación como suplemento proteico en la lucha contra la desnutrición. Enraíza Derechos y Fundación Encontro llevan impulsando el consumo de la moringa en sus programas de lucha contra la desnutrición infantil desde el año 2010. "Hasta hace unos años, también para nosotros, la moringa era un árbol silvestre y dadivoso, promovíamos su cultivo y su consumo para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de las familias más vulnerables". 

Desde 2021 la moringa comenzó a cobrar otro protagonismo, cuando Zajabu, una empresa española de impacto social, puso en marcha una explotación piloto de moringa en las instalaciones de Casa de Gaiato, institución que acoge a más de 150 niños huérfanos. El proyecto consistía en la plantación de moringa oleífera en los terrenos de Gaiato y en la instalación de una fábrica de procesamiento de la semilla para la producción de aceite para la industria cosmética. El fin de este proceso era revertir el 50% de los beneficios a esta institución.  

En el año 2022, esta iniciativa piloto se incorporó al programa Work 4 Progress de la Fundación La Caixa, que Enraíza Derechos ejecuta en la zona con su socia local Fundação Encontro. Iniciaba así una alianza estratégica para impulsar la cadena de valor de la moringa con las comunidades del entorno poniendo el foco en la agricultura familiar y en la generación de empleo de calidad para jóvenes y mujeres.

Hojas de moringa en proceso de secado

En el 2023 el proyecto da otro salto con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo-AECID en la convocatoria de innovación aplicada a la lucha contra el hambre. En este caso se procedió a escalar la iniciativa piloto ampliando el cultivo de moringa en las comunidades con un doble objetivo:

  1. Intensificar el cultivo de la moringa en las comunidades dentro de los sistemas de producción local y desde un enfoque agroecológico
  2. Incorporar la moringa procesada en las estrategias de seguridad alimentaria y nutricional. 

En esta fase del proceso se incorporó al proyecto la empresa social valenciana QOMER, para investigar las propiedades nutricionales de la moringa y derivados, entre otras cosas.

Son ya cerca de 200 familias implicadas en el cultivo de la moringa, se han plantado ya 40.000 árboles con certificación agroecológica bajo un modelo de sistema agroforestal, cultivando la moringa junto con otros cultivos en un mismo terreno contribuyendo así al enriquecimiento de los suelos y a la diversificación en la producción de alimentos.

“Nuestra apuesta no es el monocultivo con fines agroindustriales sino el impulso de cadenas valor que promuevan sistemas alimentarios justos y sostenibles y que tengan como protagonistas a la agricultura familiar” 

Las plantas son criadas en viveros hasta su traslado a los campos definitivos. Una vez allí las mujeres, con la asistencia técnica de Fundación Encontro y Zajabu, realizan el control y cuidado de la planta. Además aprenden a identificar plagas, a elaborar compost y pesticidas orgánicos, a enriquecer los suelos. 

Se han puesto en marcha plantas piloto para la elaboración de compost y biofertilizantes que están impulsando prácticas de economía circular y verde.  Desde el inicio del proyecto se han sentado las bases para la certificación orgánica de la moringa. Los resultados son alentadores, especialmente por la apropiación que este proceso está  teniendo en las familias productoras, como nos relata una de las beneficiarias:

“Al principio desconfiaba, no podía sembrar toda mi machamba (tierra de cultivo) con moringa porque ¿qué iba a dar de comer a mis hijos? Pero luego de muchos encuentros llegamos a una solución y estamos plantando moringa con otros cultivos. Ahora sí, la hoja y la semilla la vendemos a la fábrica y además plantamos cereal, leguminosas y hortícolas”.

Hojas y semillas son acopiadas y procesadas en la fábrica de moringa que emplea ya a 33 trabajadores siendo 9 mujeres entre la planta y los campos anexos.

“En la planta de procesamiento se elabora hoja troceada y polvo de moringa tanto embolsado como en cápsulas para su uso como suplemento nutricional.  También se está extrayendo ya aceite de moringa a través del prensado de las semillas y se ha constatado que el residuo que queda posee también un fuerte potencial nutricional que puede ser utilizado para la alimentación de animales”.

Estos productos ya se han empezado a comercializar en el mercado de Maputo de la mano de una empresa de comercio justo. 

Personas trabajando en una planta de transformación de moringa

En el desarrollo de la investigación sobre las propiedades nutricionales de la moringa, ya estamos registrando los primeros resultados que son muy significativos. QOMER, empresa especializada en ingredientes naturales, comparte sus primeros hallazgos:

“La hoja de moringa demostró tener un perfil nutricional impresionante, con un alto contenido de proteínas, fibra, vitamina C y vitamina A. El análisis de minerales reveló que las hojas son ricas en calcio, potasio, magnesio y hierro, elementos esenciales para la salud ósea y el funcionamiento metabólico. Además, la evaluación de la capacidad antioxidante, destaca el gran potencial que presenta la hoja para neutralizar radicales libres, lo que podría ser beneficioso en la prevención de enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo.”

Desde el equipo de Qomer confirman que tanto las semillas de moringa como su torta residual, que se obtiene tras la extracción del aceite, son una materia prima interesante desde el punto de vista nutricional, con una fuente importante de proteínas vegetales.

En base a esta información, Fundação Encontro, contando con toda esta información y detalle sobre las propiedades nutricionales de la moringa, está lanzando un programa de educación nutricional en las comunidades para fomentar su uso con fines nutricionales en mujeres embarazadas, menores con malnutrición, mujeres en estado de lactancia, enfermos crónicos.

Desde la Fundação Encontro explican el proceso que han seguido para identificar los hábitos de consumo y promover su uso en las comunidades con el apoyo de los agentes comunitarios de salud.

“Hemos realizado una línea de base con las familias de las comunidades sobre la frecuencia de consumo de moringa. En base a ello y al informe de QOMER estamos elaborando un recetario utilizando moringa en platos tradicionales de la cocina mozambicana incluyendo las dosis de consumo recomendadas para cada etapa”.

Son aún muchos los desafíos, pero seguimos avanzando como red de trabajo con paso firme en la apuesta por la cadena de valor de la moringa con la agricultura familiar, por sistemas alimentarios justos y sostenibles que pongan a las personas en el centro y avancen hacia el cumplimiento del ODS 2 de la Agenda 2030 (Hambre cero).

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