El informe sobre desperdicio alimentario en los hogares durante 2022, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), muestra la cifra más baja de los últimos ocho años.
Los datos aún siguen siendo elevados, 1.170,48 millones de kg/l., pero se ha bajado por primera vez, desde que hay datos, de los 1.200 millones. Esto significa que durante 2022, cada persona tiró a la basura en el hogar 25,3 kg/l, casi 3 kg/l menos que en 2021. El informe apunta una reducción de un 6% con respecto al año anterior.
Motivos del descenso
- Incremento del precio de los alimentos: esto hace que, por un lado, se valore más el alimento y se reduzca el consumo. No obstante, la tasa de desperdicio con respecto a lo comprado sigue siendo estable: tiramos un 4,3% de lo comprado (4,2% en 2021), cuando el comercio muestra una caída del 8,8%.
- Concienciación: Mejor aprovechamiento, raciones más ajustadas y responsables y mejor planificación.
- Nuevos hábitos: un trabajo más flexible oficina-hogar que requieren otra organización y la vuelta al consumo fuera de casa.
La mayor parte de este desperdicio (78,6%) sigue siendo de productos sin utilizar, es decir, va del carro de la compra a la basura, sin ser cocinados. El resto corresponde a productos cocinados, sobras en la nevera o el plato, que se ha incrementado levemente.
¿Dónde se ha producido esta reducción?
Si analizamos los datos del informe por tipo de alimentos, la bajada del desperdicio de productos sin utilizar viene principalmente explicada por una mejor gestión de los productos frescos como frutas y hortalizas, a pesar de que representan el 45,7 % del volumen de productos sin utilizar.
Por regiones, en productos sin utilizar, se produce una reducción en todas las CCAA, excepto en la zona Noroeste y en el área de Madrid metropolitana; y en recetas, se produce un incremento generalizado, excepto en Levante y región Aragón/Cataluña (sin incluir Barcelona metropolitana).
Vamos avanzando…
Desde Enraíza Derechos afrontamos el reto de seguir contribuyendo a la reducción del desperdicio en todo los eslabones de la cadena. Nos parecen unos buenos datos. Es importante conocer cómo vamos avanzando, por eso nos gustaría que la Ley para la Reducción de las Pérdidas y Desperdicio Alimentario (que se quedó sin aprobar por la convocatoria de elecciones en julio) contemple la cuantificación del desperdicio en el resto de eslabones de la cadena alimentaria. Estos son los datos de los hogares, pero ¿cuáles son los datos en producción, comercio, etc.?
Investigación sobre el desperdicio en hogares de la ciudad de Madrid
Desde el mes de enero estamos desarrollando un proyecto de sensibilización para reducir el desperdicio en los hogares madrileños. Una de las realidades que encontramos es que la percepción de lo que tiramos es diferente a la realidad, una vez medido y analizado por qué tiramos. A la vuelta del verano podremos ofrecer ya unos datos preliminares, con un añadido cualitativo que nos ayude a comprender el incremento que se ha producido en Madrid el pasado año, un 6,2% más en restos de comida cocinada y un 4,5% en productos sin cocinar.