
Más de mil personas representantes de organizaciones sociales, sindicales y movimientos de todo el mundo se reunieron en Sevilla para alzar la voz de la sociedad civil frente a un sistema económico global que sigue profundizando las desigualdades.
En el marco de la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FpD4), el Foro Social denunció la falta de ambición del documento final —el llamado “Compromiso de Sevilla”— y reivindicó un modelo económico centrado en la vida, los derechos y el cuidado del planeta.
La declaración colectiva señala que el sistema financiero internacional actual reproduce desigualdades económicas, de género, raciales y ecológicas. Denuncia la falta de voluntad política, sobre todo por parte del Norte Global, para emprender reformas estructurales que garanticen una vida digna para todas. Frente a las múltiples crisis —climática, social, democrática, de deuda, de cuidados— que sacuden el mundo, las organizaciones alertan de que no son inevitables, sino el resultado de decisiones políticas. Y que es urgente y posible transformarlas.
Una de las críticas más contundentes del Foro fue hacia la exclusión de la sociedad civil en el proceso de preparación de la FpD4. El documento final se negoció a puerta cerrada, ignorando las voces que desde hace décadas trabajan por una economía justa y democrática.
Una financiación global al servicio de los pueblos
Justicia fiscal global:
Se exige una Convención Marco de la ONU para establecer normas fiscales internacionales justas. Es urgente poner fin a la evasión y elusión fiscal de grandes fortunas y multinacionales, establecer impuestos globales solidarios y gravar adecuadamente a las empresas contaminantes. La justicia fiscal es condición básica para financiar derechos y reducir desigualdades.
Deuda y justicia económica global:
La deuda es hoy una herramienta de dominación heredada del colonialismo. El Foro reclama un mecanismo multilateral justo y transparente, liderado por la ONU, para reestructurar o cancelar deudas ilegítimas. También denuncia las condicionalidades impuestas y exige reconocer el impacto de la deuda sobre los derechos humanos y el clima.
Financiación pública y sistemas de cuidados:
La financiación privada no puede sustituir a la inversión pública. Se exige reforzar los servicios públicos y los sistemas de protección social, financiados con fondos estables y suficientes. El cuidado debe ser reconocido como un derecho y responsabilidad colectiva, redistribuido de forma justa y no sostenido sobre el trabajo no remunerado de las mujeres.
Una cooperación transformadora:
Se denuncia el retroceso de la Ayuda Oficial al Desarrollo, su uso con fines de control migratorio o militarización, y la fragmentación del sistema. Se plantea una nueva arquitectura de cooperación, basada en justicia histórica, responsabilidades compartidas y liderazgo de Naciones Unidas.
Reformas estructurales:
El Foro cuestiona la hegemonía del FMI, el Banco Mundial y el G20 en la gobernanza económica, y pide que rindan cuentas ante la ONU. Se reclama una regulación estricta de las agencias de calificación, una reforma del sistema de reservas internacionales y una verdadera democratización de las decisiones económicas globales.
Empresas transnacionales y regulación vinculante:
No se puede dejar el desarrollo en manos de la lógica del beneficio. Se exige soberanía política y económica para los países del Sur, normas de diligencia debida obligatorias para las empresas y una regulación firme que garantice los derechos laborales, ambientales y sociales. También se pide eliminar mecanismos como el ISDS, que permiten a las corporaciones demandar a los Estados cuando sus intereses se ven afectados.
Tecnología con justicia y equidad:
Se propone crear un mecanismo internacional que evalúe el impacto social, ambiental y de derechos humanos de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial o las criptomonedas, garantizando un uso justo, democrático y respetuoso de los derechos.
Seguimiento y gobernanza democrática:
El Foro reclama que la arquitectura de financiación para el desarrollo sea transparente, inclusiva y liderada por procesos intergubernamentales democráticos. Propone iniciar ya el camino hacia una quinta conferencia (FpD5) en 2030, con una agenda que responda realmente a las urgencias sociales y ecológicas del presente.

Una hoja de ruta por y desde la sociedad civil
El resultado de la FpD4 no está a la altura del momento. Pero el Foro Social deja claro que este no es el final. Desde los territorios, las organizaciones, los movimientos y las alianzas globales, la sociedad civil seguirá empujando por una arquitectura financiera internacional al servicio de los pueblos, de los cuidados, de la vida y del planeta.
Este documento es una hoja de ruta hacia otra economía posible, feminista, justa, ecológica y centrada en los derechos. Frente a las lógicas de acumulación y extracción, la sociedad civil seguirá vigilante y movilizada para que ningún proceso de gobernanza económica global vuelva a hacerse sin tener en cuenta sus voces, desde la dignidad y la justicia.
- Imagen de cabecera: manifestación de la sociedad civil en centro de Sevilla (Enraíza Derechos)
- Imagen texto: clausura del Foro de Sociedad Civil con autoridades (Enraíza Derechos)