Artículo escrito por José María Medina, director de Prosalus, publicado en Planeta Futuro
El efecto mariposa toma su nombre de un proverbio chino que dice que “el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Este proverbio nos hace pensar que no debemos menospreciar pequeños acontecimientos, pequeñas acciones, pequeñas decisiones, porque pueden tener repercusiones importantes.
Hace unos años, participaba en una mesa redonda en la que explicábamos las causas de que todavía haya hambre en el mundo y abordábamos temas tan complejos como la especulación financiera con materias primas alimentarias, la vinculación del precio de los alimentos con el del petróleo o el impacto de las políticas de agrocombustibles. En el turno de preguntas una persona del público pidió la palabra y nos dijo que, frente a esas complejísimas causas del hambre que requieren grandes decisiones políticas y económicas, ella se veía impotente: “¿Qué puede hacer una simple ciudadana de a pie frente a semejante problema?”.
Para mí aquella reflexión y aquella pregunta fueron un aldabonazo tremendo. El solo hecho de que hubiera una persona que se hiciera esta pregunta ya me pareció enormemente positivo y, al mismo tiempo, desafiante; pensé que se merecía que hiciéramos el esfuerzo de ayudar a encontrar respuestas. ¿Hay algo que cualquier persona, en el ámbito individual, pueda hacer frente a un problema tan grave y de dimensiones tan descomunales como el hambre en el mundo? Trabajando sobre esta pregunta encontramos que cada persona, a través de algunas decisiones concretas en su día a día, puede contribuir a la lucha contra el hambre o, por el contrario, a agravar este problema.
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Fotografía de René Mayorga con licencia CC BY-SA 2.0