José Mª Medina Rey es director de Prosalus y coordinador de la campaña "Derecho a la alimentación. URGENTE".
El hambre sigue siendo uno de los grandes problemas no resueltos a comienzos del siglo XXI, a pesar de los reiterados compromisos internacionales orientados a combatirla. La nueva agenda de desarrollo –los Objetivos de Desarrollo Sostenible– ha retomado este desafío estableciendo la meta de erradicación del hambre y de todas las formas de malnutrición antes de 2030. Esto va a resultar muy difícil si no se abordan, con decisiones adecuadas, las causas estructurales del hambre, que son complejas y variadas y tienen en muchos casos relaciones sinérgicas.
Los últimos 40 años han visto un incremento de la preocupación por el problema del hambre en el mundo. La gran crisis alimentaria de 1972-74, que tuvo un especial impacto en el Sahel, llevó a la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) a proponer un compromiso internacional sobre seguridad alimentaria mundial que fue adoptado en la Conferencia Mundial de la Alimentación en 1974 por 82 Estados miembros y por la Comunidad Económica Europea. La situación fue tan grave que el entonces Secretario General de la ONU, Kurt Waldheim, llegó a afirmar que tres o cuatro países africanos estaban en peligro de desaparecer.
El hambre implica una violación de los derechos humanos, ya que el estar protegido contra el hambre y el tener acceso a una alimentación adecuada está reconocido como derecho humano tanto en la Declaración Universal de Derechos Humanos como en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
La preocupación y la reflexión sobre la sostenibilidad se han incrementado de manera notable en los últimos años, principalmente desde su vertiente medioambiental. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible de 2012 (Río + 20) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible –surgidos como propuesta para reemplazar la agenda de desarrollo de los Objetivos del Milenio a su finalización– son expresiones claras de este interés por el medio ambiente.
¿Qué puede aportar el derecho a la alimentación a la sostenibilidad y la sostenibilidad al derecho a la alimentación?
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