En el segundo día de visita al proyecto de fortalecimiento de gestión productiva y económica de la Microcuenca del Chotano en Perú se ha convocado alrededor de una mesa redonda a productores y representantes de diferentes administraciones públicas para presentar los resultados del proyecto en estos 3 años de ejecución. Todo lo avanzado en estos años no es solo fruto de este proyecto, sino de los que le han precedido, que han supuesto trabajar codo a codo con las comunidades para conseguir entre todos estos logros.
Darnos cuenta de cómo ha mejorado la alimentación y la nutrición de estas poblaciones; de cómo se han organizado para buscar soluciones a sus necesidades y no caer en el desánimo; tener la valentía de aprender cosas nuevas y tan ajenas a su realidad, como manejar un ordenador para tener acceso a información valiosa sobre los precios de los mercados locales, regionales y nacionales; organizarse y crear dos empresas para poder transformar los productos que cultivan para darles mayor valor y poder venderlos en el mercado; aprender a sacar las cuentas de los costes de producción para analizar si ganan o si pierden con sus cosechas… Todas estas cosas son una proeza para personas que la gran mayoría de las veces están desatendidas por las administraciones públicas por vivir en zonas aisladas del país.
Ya por la tarde, pudimos visitar la comunidad de Cruz Roja donde nos enseñaron un vivero comunitario de plantones de aliso, variedad de árbol de rápido crecimiento que tiene la capacidad de fijar nitrógeno al suelo y así enriquecerlo, y que evita además la plaga de insectos, por lo que se colocan cerca de las casas. También pudimos conocer una de las viviendas saludables que deben cumplir una serie de requisitos, entre ellos: tener la cocina separada del resto de la casa e instalar lo que se conoce como cocina mejorada, que cuenta con un tiro de aire para que no se concentren los humos en el interior y así evitar enfermedades respiratorias; habitaciones diferenciadas para padres e hijos mayores de 5 años; y almacén de granos y establo para los animales también separados.
Nos marchamos de la comunidad de Cruz Roja con las alforjas llenas de tomates de árbol, de humitas de masa de maíz dulce y del calor, el cariño y la generosidad de estas gentes.