Un 1 de diciembre de hace 35 años empezamos un camino de solidaridad bajo el nombre de Prosalus. Hemos tenido una trayectoria constante en nuestros principios y valores, al mismo tiempo que hemos ido evolucionando y renovándonos.
Cuando miramos hacia atrás, con la retrospectiva de estos años, nos damos cuenta de que esta pequeña gran asociación ha estado en permanente evolución, sin perder su identidad esencial. Una organización sólida y estable en sus valores, en su compromiso, en su identidad, pero avanzando siempre. Nuestro trabajo se reorientó hace décadas desde la atención médico sanitaria de los primeros años, a trabajar sobre los factores que inciden en que las personas tengan una mejor salud, como el acceso al agua y saneamiento, a una alimentación suficiente y adecuada, a la educación para la salud, a una vivienda y entorno saludables, a relaciones de género equitativas y a una sostenibilidad ambiental.Y, desde la convicción de que debemos promover cambios sostenibles y transformadores, en 2020 hemos puesto en marcha un nuevo plan estratégico con un carácter más transformacional que los anteriores, ahondando en la decisión de los últimos años de favorecer una ciudadanía consciente y participativa con continuidad en nuestros temas claves de trabajo, con un foco principal en la alimentación justa y sostenible, con igualdad entre hombres y mujeres y manteniendo el enfoque de los derechos humanos.
35 años de vida evolucionando y manteniendo nuestro ADN: de Prosalus a Enraíza Derechos
El proceso de cambio de nombre nos ha redescubierto una faceta de nuestra personalidad de la que no éramos conscientes porque forma parte de nuestro ADN y a veces hace falta una mirada externa para poder reconocernos: nuestra inquietud y preocupación por ir a la raíz de los problemas, a las causas profundas, por analizar la realidad en profundidad y desde ahí buscar respuestas duraderas, asentadas y enraizadas en la realidad local, trabajando por la defensa y garantía de los derechos humanos. Esta es y sigue siendo nuestra manera de trabajar, tanto en los procesos de desarrollo, como en las campañas de sensibilización y educación para la ciudadanía global.
El nombre elegido, Enraíza Derechos, habla de estas dos características, que han orientado el trabajo de nuestra organización en estos 35 años de vida. Somos la misma asociación, con la misma trayectoria, con los mismos valores, con la misma vocación, pero renovada con la fuerza del cambio y con un nuevo nombre para identificarnos en esta nueva etapa.
Ahora más que nunca necesitamos y debemos reivindicar cambios profundos, que pongan al planeta y a todas las personas en el centro, en igualdad de derechos y de oportunidades, para construir entre todas un mundo más justo en el que vivir.