En 1995, 189 países adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en esta ciudad de China. Hace 30 años, líderes mundiales y más de 30.000 activistas se reunieron para crear una hoja de ruta adelantada a su tiempo. Tan sólo 2 años antes, durante la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993 de las Naciones Unidas celebrada en Viena, se reconocieron por primera vez y de forma explícita los derechos de las mujeres como derechos humanos. 

A día de hoy, sigue siendo el plan de acción más progresista para el avance de los derechos de las mujeres y niñas en todo el mundo, ya que desde entonces sienta las bases para las políticas, los programas y la inversión en 12 áreas clave, entre ellas la educación, la salud, la paz, los medios de comunicación, la participación política, el empoderamiento económico y la eliminación de la violencia contra las mujeres y niñas. Fue en la Plataforma de Acción de Beijing donde se recogió la defensa del derecho de las mujeres a una vida sin violencia.

Han sido muchos logros a lo largo de estos 30 años. Gracias a la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing se ha ido transformando la agenda de los derechos de las mujeres: 

  1. Ofreciendo protección jurídica: Antes de 1995, solo 12 países tenían sanciones jurídicas contra la violencia machista. Hoy, 193 países tienen medidas legislativas vigentes. Estas leyes son la clara manifestación de los avances alcanzados colectivamente para poner fin al abuso y la impunidad.
  2. Dando acceso a servicios: En la Plataforma de Acción de Beijing se demandan servicios básicos, como centros de acogida, asesoramiento legal, orientación y servicios médicos para las supervivientes de violencia, que se han ido expandiendo en todo el mundo.
  3. Fomentando la participación de la juventud: La agenda de Beijing inspiró a una nueva ola de jóvenes que defienden y demandan los derechos de mujeres y niñas y que forman parte de movimientos para la justicia y la igualdad de género.
  4. Transformando las normas sociales: El acuerdo alcanzado en 1995 inspiró a los movimientos por los derechos de las mujeres en todo el mundo, para acabar con estereotipos, ideas y prácticas nocivas, y ha sentado las bases para crear políticas, leyes e instituciones con igualdad de género.
  5. Haciendo posible la participación de las mujeres en la consolidación de la paz a todos los niveles, incluyendo la prevención y resolución de conflictos y la toma de decisiones. Esto ha sido clave para la promulgación de nuevas leyes en materia de violencia sexual durante los conflictos. Hoy 112 países cuentan con Planes de Acción Nacional sobre las mujeres, la paz y la seguridad, lo que representa un aumento considerable en comparación con los 19 países que se habían sumado en el año 2010. 

Sin embargo, a pesar de los avances queda mucho camino por recorrer para la plena igualdad en todos los rincones del planeta. Nadie cuestiona ya que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Pero a pesar de ello, una de cada tres mujeres sufre violencia en algún momento de la vida y una mujer es asesinada por su pareja o alguien de la familia cada 10 minutos, lo que deja claro que ningún país ha cumplido la promesa de una vida sin violencia para las mujeres. 

Han sido muchos los avances de los derechos de las mujeres desde que se adoptó la Plataforma de Acción de Beijing en 1995, pero no todos están consolidados, y en algunos casos hay serio riesgo de retroceso, ya que atravesamos nuevas crisis que se acumulan y superponen a la erosión de derechos. Se necesita, además de voluntad política, recursos y compromisos. Por ello, es importante seguir tomando medidas en varias áreas clave: fomentar los derechos de las mujeres y niñas; fomentar la igualdad de género e impulsar el empoderamiento,  garantizando el acceso inclusivo a la educación, el empleo, el liderazgo y los espacios de toma de decisiones; y priorizando el acceso a oportunidades para niñas y mujeres jóvenes.

Y un aspecto fundamental son los recursos económicos para hacer todo ello posible. Precisamente en julio de 2025 Sevilla acogerá la Conferencia de Financiación para el Desarrollo, organizada por Naciones Unidas, donde también se hablará de justicia de género. Es necesario incorporar las demandas de la mitad de la población mundial en las negociaciones sobre el nuevo marco de financiación, para contar con presupuestos que hagan posible los derechos de las mujeres, con garantías de no retroceder en los avances obtenidos. 

Este es un momento crucial para proteger todo lo alcanzado. El mundo no se puede permitir un paso a atrás. Es importante seguir trabajando para transformar nuestras sociedades para que todas las personas podamos disfrutar de vidas en paz y dignidad. Solo con la participación real de las mujeres en todos los ámbitos de la vida podremos hablar de un presente y un futuro de esperanza.

Te invitamos a conocer el trabajo que hacemos desde Enraíza Derechos junto con las organizaciones de mujeres campesinas, para promover su acceso y control a los recursos productivos, su participación en la toma de decisiones y visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria familiar y comunitaria. Trabajamos por el empoderamiento de las mujeres y sus organizaciones, para defender sus derechos económicos y de participación política.

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