Ayer fue el primer día de visita al proyecto de fortalecimiento de gestión productiva y económica de la Microcuenca Chotano que Prosalus, junto con nuestro socio peruano ESCAES, ha puesto en marcha desde hace tres años con la Obra Social La Caixa. Se trata de un proyecto que busca mejorar las condiciones de vida y de seguridad alimentaria de 150 familias en 6 comunidades. Sin embargo, nuestra historia de colaboración con esta zona tiene mucho más recorrido y de ello pudimos darnos cuenta ayer en la comunidad de Cuguid.
Uno de los grandes problemas que enfrenta la población de esta zona de Perú es la falta de agua en la época de sequía, que dura aproximadamente seis meses. Desde la comodidad de nuestro sillón podemos hacernos una idea de lo que supone no tener acceso a agua, pero enfrentar cada día esta situación es otro cantar. La vida se convierte en una carrera para conseguir agua para poderse bañar, cocinar y regar los huertos para garantizar una alimentación saludable.
En 2002, Prosalus visitó esta zona para identificar junto con ESCAES las necesidades de la población y se dieron los primeros pasos para contribuir poco a poco a que estas familias tuvieran la oportunidad de tener una vida más digna. Ayer en la comunidad de Cuguid, en la que se reunieron todas las familias para compartir con nosotras la tarde, pudimos darnos cuenta todo lo que puede implicar un proyecto de desarrollo productivo para ellas. A través de una pequeña representación, llamada sociodrama, escenificaron todos y cada uno de los problemas que han venido enfrentando debido a la falta de agua: enfermedades diarreicas; turnos de tan solo 4 horas al mes para poder regar los cultivos, que a veces caen en plena noche teniendo que ir a la parcela para abrir las zanjas para que fluya el agua; una migración forzada durante los meses de sequía para ir a buscar trabajo a otras zonas del país, teniendo que dejar sus familias; erosión de los suelos…
Con los sistemas de riego por aspersión y los reservorios de agua construidos por las propias comunidades (especie de piscinas impermeabilizadas que recogen el agua de lluvia), las familias de estas 6 comunidades han podido ampliar las cosechas de una a tres e incluso cuatro al año, lo que les está permitiendo alimentarse mejor; tener excedentes de producción para poder vender en los mercados locales; reducir o eliminar la migración, puesto que tienen trabajo todo el año en sus propias parcelas; y dedicar muchísimas menos horas de trabajo a las labores de riego para dedicarlas a otras actividades o a descansar.
Disfrutar del sociodrama en el que participó toda la comunidad, contando su vida con humildad, mucho humor y con una alegría que contagiaba, ha sido uno de los momentos que quienes hemos acompañado el proceso de estas comunidades, recordaremos durante años.