Llevábamos años esperando una ley contra el desperdicio alimentario, pero después de un proceso preparatorio de casi un año, creemos que estamos perdiendo una gran oportunidad de contar con una ley pionera que ataje el problema desde la raíz, después de la aprobación el pasado 7 de junio del Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, por parte del Consejo de Ministros.
Estos son los puntos más importantes a reformar:
- Evitar el desperdicio alimentario en cada una de las fases de la cadena alimentaria es el primero de ellos. No podemos quedarnos únicamente en gestionar los “excedentes”. Ningún alimento se produce para acabar en la basura.
- ¡Sin conocer a qué nos enfrentamos, nunca podremos ponerle remedio! Es imprescindible medir las pérdidas y el desperdicio en todos los puntos de la cadena y analizar por qué se tira!
- El último texto aprobado en Consejo de Ministros rebaja significativamente las obligaciones de los agentes de la cadena alimentaria. Cuando no nos obligan, ¡no cumplimos! Sería más eficaz combinar las obligaciones y sanciones con políticas de incentivos y acompañamiento.