Desde el año pasado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, venía anunciando la elaboración de una ley para reducir el desperdicio alimentario, que debería responder al compromiso establecido en la meta 12.3 de los ODS: «reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha». Por fin, en la segunda quincena de junio, el MAPA ha puesto en marcha un proceso de consulta pública (abierto hasta el 5 de julio), previo a su elaboración, para recoger aportes y señalamientos que sirvan para orientar la redacción del proyecto de ley.
El documento difundido por la Dirección General de la Industria Alimentaria para motivar esta consulta pública apunta a la necesidad de un enfoque de cadena alimentaria para hacer frente a las pérdidas y desperdicio de alimentos. Reconoce que el esfuerzo realizado desde 2013 hasta la actualidad a través de la Estrategia “Más alimento, menos desperdicio” desarrollada por el MAPA ha sido insuficiente, por lo cual el proyecto de ley que se pone en marcha “supone el siguiente paso en el proceso para afrontar el serio problema del desperdicio alimentario, con el objeto de incorporar al ordenamiento una serie de principios y normas que permitan atajarlo y sentar las bases para su erradicación”. Respecto a los objetivos de ley, señala los siguientes:
- promover la economía circular
- realizar una gestión más eficiente de los recursos evitando excedentes agrícolas
- facilitar la donación de alimentos y contribuir a satisfacer las necesidades alimentarias de la población más vulnerable
- favorecer una producción y consumo más sostenibles
- sensibilizar, formar, movilizar a todos los agentes de la cadena alimentaria en una gestión adecuada de los alimentos, así como en materia de información alimentaria
Enraíza Derechos participa en este trámite de consulta pública, aportando desde los conocimientos y experiencias acumulados en los últimos años a través de nuestros trabajos de investigación en esta materia, así como en nuestras líneas de sensibilización, principalmente la iniciativa Yonodesperdicio. De nuestras aportaciones podemos destacar:
- Establecer una clara jerarquía de soluciones frente al desperdicio, entendiendo que no todas las posibles son igualmente deseables o valiosas.
- La importancia de que la ley establezca sistemas claros, estandarizados y sistemáticos de medición del desperdicio, que permitan agregaciones y comparaciones, tomando como referencia las orientaciones de la Unión Europea.
- Mejorar la coordinación entre los agentes de los diferentes eslabones de la cadena alimentaria de manera que la reducción del desperdicio alimentario sea un objetivo compartido.
- Establecer una buena coordinación entre las administraciones públicas de diferente nivel (estatal, autonómico y local) que tienen alguna participación en esta cuestión.
- Estudiar las experiencias de legislación que se han realizado en diferentes lugares, como primer paso en la preparación del proyecto de ley, para aprender de sus éxitos y fracasos.